miércoles, 29 de abril de 2009

Algo de lo que hacemos en el curso

El placer que tuve al besar tu intimidad, provocó en mi una conscupiscencia que ni los propios dioses del averno pudierán provocar a la mas santa de las mujeres.

El néctar de tus labios asemeja el alimento que Dios dío a los israelítas.

Urge tomar maná en estos días de excesos gastronómicos.

Ese mundo vivo que descubrí en ti esta inherente a mi existencia.

Cuando tus palabras hablan de la verdad oculta, mis ojos se nublan y mi voz se inflexiona.



Anónimo.


En estos tiempos necesitamos de esé maná para la humanidad.

Al efectuar los ejercicios de nuestro cuerpo, en nosotros hay inflexión.


El maná extraído de las frutas, es excelente para nuestra salud.


Irmita.



Mi alma se alimenta de maná, para dedicarla a Dios.

Me regocijo en tus brazos y lleno mi corazón de tus labios.

Mi corazón se encuentra inherente a ti por toda la vida.

La inflexión que causas en mi vida, la venzo con el amor que te profeso.

Con mi concupiscencia me regocijo en ti.



Alfonso.


El hierro cuando esta asido esta asido en el fuego se inflexiona.



Rocío.


El maná que obtengo de tus labios, alimenta mi alma; hambrienta de tu amor.

En los tiempos de hambruna espiritual, llegasté a mi cómo maná enviado por un dios que me miró con misericordía.

Mi corazón se encuentra inherente a ti.

Al mirarte provocas una gran concupiscencia en mi .

Si por sentir concupiscencia al infierno iré; feliz me entrego por volverte a tener.



A Flor de Piel.

















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