jueves, 5 de mayo de 2011

Sala de espera


Una nueva vida gesta un vientre,
ella sonrie, llena de esperanza,
planea, conversa, sueña, se ilusiona.


De repente se abre esa puerta;
apareces tú en la sala de espera que antecede
a tu oficina con una sonrisa sincera.
Repartes besos, y entregas una palmada.


Demuestras con una humanidad exacta
a la que es de mi agrado,
el no poder atender a quien amablemente espera,
te disculpas, pero el esperarte para ella; no es lo importante
ella carga una espera mucho mas abundante;
que le dará alegrías y tristezas.


Ella simplemente espera, tener entre sus brazos
la vida que ahora gesta; ella espera solamente
la sabiduría de Dios, la paciencia y el amor
que por la humanidad siente;
sonries de nuevo, bromeas.


Nada de alardes; me regalas un guiño
justo lo necesitaba
te despides, sales de prisa con ese traje
gris que me agrada tanto como el negro.
Das mucho en ese gesto
si tu saber como me hace falta.

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