domingo, 10 de enero de 2010

De Sapos y Princesas (Parte II de II)




Y ahi estaba ella, frente al gran palacio, recordando el día que alla en lo alto miraba ese lugar con soberbia, gran soberbia que ella tenía, pues de reojo podía tener el mundo a sus pies, incluso al sapo, el sapo era nada de lo que la princesa tenia por costubre, pues para ella todos los principes que habia tenido eran especiales, en algún momento la princesa pensó que el sapo podría dejar de serlo e incluso en un rincón de su cerebro, se metío la idea de que ese sapo era diferente. Pero no, ese sapo igual que otros buscaba la frialdad y la soberbia de las plebeyas comunes.

Y ahi seguía ella, esperando por las noches que el sapo mirara dentro de su ser y descubriera que aquella princesa era la mas linda que habia encontrado, espera vana, pues el sapo acostumbrado a tanta rana se quedo en su charco y ni plebeyas ni ranas lo visitaban... pues él era un sapo como cualquier otro.

La princesa mira todos los días los palacios y palacetes que se encuentran en su reino y sabe bien que en algún lugar de esos no existe un sapo que se convertira en principe, ni tampoco un principe que la vendrá a salvar de lo que hay en el reino por el contrario; solo llegará un buen ser humano que la tomará de la mano; sin prenteder mas que compañia de vida.

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